20 de enero
Nacido en Melitene, de Arrnenia, de una rica familia, fue pronto considerado como uno de los cenobitas más sabios y austeros de su patria.
Llevado por la devoción, recorrió los monasterios famosos del Oriente, estableciéndose al fin en la laura de Farán, Palestina, llegando pronto a ser padre y director de solitarios.
Los mismos sarracenos admiraban su virtud, y muchos se convirtieron a la fe gracias a su predicación.
Luchó contra los origenistas, maniqueos y nestorianos, muriendo con una aureola de santidad que iluminaba todo el Oriente.
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